[ad_1]
La pandemia de COVID-19 ha traído desafíos sin precedentes para las personas en todo el mundo. Estos desafíos son especialmente significativos para las mujeres embarazadas y las nuevas madres. La pandemia ha tenido un impacto significativo en la salud materna y muchas mujeres se han visto obligadas a hacer frente a situaciones difíciles que están totalmente fuera de su control. La atención de la maternidad se ha reorganizado en hospitales y clínicas para limitar el contagio y evitar la propagación del virus, lo que ha afectado la forma en que se brinda la atención prenatal y posnatal. Muchas instalaciones han tenido que limitar la cantidad de familiares y visitantes permitidos en los hospitales o incluso para acompañar a las futuras madres a los controles debido a las normas de distanciamiento social. Debido a esto, las mujeres a menudo pasan por estas citas críticas sin ningún apoyo emocional. Las incertidumbres alucinantes que rodean al COVID-19 han contribuido a un estrés adicional para las futuras madres, que ya pueden tener dificultades para hacer frente a los cambios físicos y hormonales que conlleva el embarazo. Es fundamental que estas mujeres reciban apoyo y herramientas adicionales para ayudarlas a controlar su salud mental durante estos tiempos sin precedentes. El aislamiento provocado por la pandemia también ha exacerbado los problemas de salud mental preexistentes de las mujeres embarazadas, incluidas la ansiedad y la depresión. Sin embargo, estos desafíos también han generado oportunidades que podrían maximizarse para ayudar a las madres. La telemedicina ha brindado un enfoque alternativo a la atención materna que beneficia a las mujeres que prefieren quedarse en casa y evitar la exposición personal al virus. Con la pandemia casi deteniendo las actividades mundiales, la tecnología ha hecho posible que los médicos consulten con los pacientes y ofrezcan la dirección y la experiencia necesarias para administrar y mantener la salud materna. Además, con la pandemia, el mundo se ha visto obligado a adaptarse a entornos laborales alternativos como el teletrabajo. Tal medida ha creado una oportunidad única para que las madres estén con sus recién nacidos y sus hijos durante períodos más largos de lo que normalmente hubiera sido posible. Ahora es posible que las mamás equilibren el cuidado de sus hijos con sus actividades laborales, lo que da como resultado más tiempo de vínculo entre madre e hijo. Las madres también pueden dedicar tiempo a cuidar de sí mismas participando en actividades que las ayuden a relajarse y aliviar el estrés, como la meditación, el yoga o los ejercicios en el hogar. El ejercicio puede ayudar a reducir las hormonas del estrés, mejorar el estado de ánimo y promover una buena calidad del sueño, lo que finalmente tiene un impacto significativo en la madre y el niño. En conclusión, Covid-19 ha impactado la maternidad de manera única, brindando nuevas oportunidades que justifican la exploración, como la telemedicina y el trabajo remoto. Independientemente de si ha tenido a su bebé o está buscando tenerlo, la pandemia de coronavirus ha traído una serie de desafíos que incluyen aislamiento, ansiedad y depresión. Sin embargo, con las herramientas y el apoyo adecuados, las mujeres embarazadas y las nuevas madres pueden hacer frente a los desafíos únicos que vienen con los tiempos y salir fortalecidas. Por lo tanto, las futuras madres, las nuevas madres y sus familias deben permanecer alerta y tomar las precauciones necesarias para minimizar el riesgo de exposición al virus.
[ad_2]